La amnesia no es la tragedia___

recuerdo_personalidadHoy día, la dependencia que tenemos respecto de un documento que acredite quiénes somos choca con la importancia que otorgamos a la libertad. Queremos ser libres de hacer lo que nos plazca, ser personas sin necesidad de que nos lo recuerde un papelito. Sin embargo, como en una pesadilla kafkiana, aparecer o no en según qué base de datos puede llevarnos a la desesperación. Nuestra identidad reside en la memoria de nuestros seres queridos, pero también en la de las máquinas. Y éstas, en la actualidad, tienen la potestad de dictaminar quién es quién.
Cuando se sufre un percance administrativo echamos mano de familiares, amigos y vecinos: «ellos pueden decir quién soy y, además, que soy buena persona». Pero, ¿qué ocurre cuando no se tiene a mano amigos o familiares que den constancia de nuestra realidad? ¿Qué ocurre en el peor de los casos, cuando nos extraviamos, física y mentalmente, y nadie nos reconoce ni nada nos hace reconocibles?
Esta es la tragedia por la que está pasando el joven que apareció el pasado 7 de abril caminando sin rumbo por una pequeña localidad costera de Kent, Reino Unido. Indocumentado, vestía traje y corbata empapados de agua, lo que hace especular sobre las causas que le han llevado a su estado actual. Según las pocas –y algo turbias– noticias, el misterioso personaje no habla, se siente atemorizado, incluso nervioso, y su única actividad es tocar el piano. Según los médicos que lo han atendido, es un virtuoso con este instrumento.
Los diferentes intentos de comunicarse con él para descubrir quién es, de dónde procede y qué le ha ocurrido han sido en vano.

LA MENTE TIENE LA RESPUESTA
Los procesos por los cuales nuestra mente puede bloquearse se deben a motivos de distinta índole, externos e internos a la persona, desde traumatismos graves a situaciones de estrés intenso (abusos físicos, amenazas, muerte de un ser querido, impulsos de culpabilidad, etc.). La amnesia puede ser permanente en traumatismos cerebrales graves. Sin embargo, no se han detectado lesiones de este tipo en el joven pianista. Se puede colegir, por lo tanto, que la causa se encuentra en su psique. De ser así, ¿qué es lo que le ha llevado a ese estado como de sonámbulo? Tal vez un trauma reciente, como verse inmerso en algún acto delictivo, ya sea como víctima o como ejecutor. También pudo ser proceso depresivo el que lo sumiera en esta suerte de comportamiento anómico o activara su escudo interno.
La amnesia disociativa es parte de un mecanismo psicológico de defensa que produce una incapacidad para recuperar información personal importante. Por lo general, se producen lagunas de memoria que se extienden desde unos pocos minutos a unas pocas horas o días. Sin embargo, se han documentado lagunas de memoria que abarcaban años o incluso la vida entera de una persona. Algunas personas con amnesia olvidan algunos pero no todos los acontecimientos de un período de tiempo; otras no pueden recordar nada de su vida anterior u olvidan cosas conforme van ocurriendo. El caso de esta persona se presenta algo más complicado, puesto que a la pérdida de memoria se añade la mencionada falta de comunicación y un comportamiento huidizo. Entre las narraciones del conocido neurólogo Oliver Sacks sobre casos clínicos se encuentran algunas de pacientes amnésicos. Pero ninguno de ellos sufría tal grado de pérdida de memoria y era tan poco comunicativo como el que nos ocupa. Por otra parte, el joven pianista mantiene intactos una serie de conocimientos y los muestra, ya que dibuja e interpreta música. ¿Significa esto que sufrió algún daño en su hemisferio cerebral derecho, que es el que rige dichas capacidades? Los especialistas tienen que determinar si se trata de un caso único, un paciente al que se le suman diferentes dolencias o un impostor. Una parte de la opinión pública sostiene que se trata de un fraude.
De ser cierta su dolencia, la recuperación puede ser espontánea o mediante técnicas de recuperación de memoria, en las que se usa la hipnosis o determinados fármacos. Pero estas técnicas no confirman que sean exactos los recuerdos recuperados, se hace necesaria la corroboración externa. Aquí se encuentra otro escollo, pues nadie ha demostrado conocer a esta persona. La pista más clara apuntaba a que se trataba de un pianista francés, pero resultó ser inexacta. Los últimos datos hablan de su posible origen checo y de su pertenencia a una desaparecida banda de rock praguense. Al menos hasta hoy tampoco ha sido confirmado.
La mayoría de los amnésicos recupera lo que parecen ser sus memorias perdidas y resuelve los conflictos que la causaron. Sin embargo, algunas personas nunca rompen las barreras que les impiden reconstruir su pasado perdido. Si este es el caso, hay que hacerse a la idea de que pasará bastante tiempo hasta conocer el final de esta historia.

DONDE HABITA EL OLVIDO
En su libro Todos los nombres, el premio Nobel portugués José Saramago mantiene la opinión de que uno no muere hasta que es olvidado. Es decir, mientras haya alguien que nos recuerde, sea de la manera que sea, uno sigue vivo. Eres. En consecuencia, el pianista misterioso puede considerarse afortunado. Por el momento, y sin entrar en disquisiciones de si se trata de una suplantación o no, tiene una existencia intensa. Gracias a la presencia que tiene en la memoria de un elevado número de personas. Dicha existencia, a pesar de la falta de documentos que la atestigüen, es más patente que la de muchísima otra gente. Incluso fabulando con que se tratara de una personalidad falsa, podría llevarse a cabo un experimento que constataría su realidad. Este experimento consistiría en tomar a un ciudadano de cualquier población del globo que esté al tanto de la noticia. Si se le pregunta, probablemente dará por sentado que el pianista “existe”. Esto entroncaría con otro tema apasionante: la credibilidad que se le presta a los medios de comunicación. Por el contrario, si se le mostrara la foto de una persona que, presuntamente, habite en su vecindario, dudaría en asegurar que esto sea cierto. La probabilidad será mayor en lugares con una densidad de población alta. No digamos en ciudades como Madrid, París o Londres…
Tal vez sea esta una de las causas del empeño actual por convertirse en famoso, aunque sea por un breve periodo de tiempo y sin cuestionar el precio a pagar. Salir del anonimato. La capacidad de que personas que ni siquiera conoces atestigüen que eres quien dices ser, sin necesidad de mostrar el DNI (¡qué cosa tan humillante!). La búsqueda de la fama se convierte en una forma de sortear la muerte, de eternizarse en el tiempo. Si acaso es ese el fin que persigue el pianista misterioso está por ver. Aunque si lo es, tendrá que acarrear con las consecuencias, porque la fama no exime a nadie de padecer burocracias ni de ver mermada su libertad. Todo lo contrario. Si existe esta persona y nadie ha reparado en él, o bien se trata de un milagro, o bien de un cúmulo de errores. Tal vez tenga facilidad para pasar desapercibido. Quién sabe, quizás se trate del paradigma del fracaso burocrático.
La amnesia no es la tragedia. La tragedia es el olvido.

[Redactado en mayo de 2005]


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